Paulina de Lourdes Camarena Gómez y Francisco Jaime Martínez Reyes, Programa de Monitoreo de Aves Acuáticas, Centro Prescott A.C.
Año con año, miles de aves acuáticas hacen presencia en el Canal del Infiernillo, ya sea como visitantes invernales, residentes en la región o anidantes en sus diversos hábitats. Sus aguas, manglares, planicies lodosas e imponentes montañas en sus costados proveen refugio y alimento para grandes grupos de Brantas, patos y muchos playeros, quienes encuentran aquí un ecosistema relativamente poco perturbado. Es una importante zona de reproducción para aves vadeadoras y playeros como el Ostrero Americano, el Chorlo de Pico Grueso y el Chorlo Nevado. A pesar de toda esta actividad, variedad y abundancia de aves, el área ha sido poco estudiada.
El Canal del infiernillo, conocido en la lengua Cmiique iitom como “Xepe Cosot”, que se traduce como “El pequeño mar”, pertenece en su totalidad a la comunidad Comcáac. Se encuentra en el Golfo de California, específicamente en la Región Oriental de las Grandes Islas y comprende un canal estrecho ubicado entre la costa central de Sonora, al este, e Isla Tiburón, al oeste. Debido a la gran importancia del humedal para la comunidad y las especies que en él habitan, esta área compuesta por nueve esteros y toda la masa de agua en su interior fue designada en 2009 como sitio Ramsar, que reconoce la zona como un humedal de importancia internacional.
Este año, el Centro Prescott enfocó esfuerzos en obtener información actualizada sobre las aves acuáticas presentes en el Canal. Así mismo, la entusiasta participación de jóvenes naturalistas de la comunidad Comcáac fue, es y siempre será importante en cualquier actividad de monitoreo conducida en el área. Élida Barnett y Luis López, quienes desde hace algunos años forman parte del grupo de monitoreo comunitario “Grupo Coijaac” (Branta), formado por el Centro para capacitar a jóvenes en técnicas de monitoreo de aves acuáticas, se sumaron al equipo. Apoyando, aprendiendo, enseñando y conociendo aún más su valioso territorio, ellos enriquecieron toda la experiencia de una forma extraordinaria al compartir su conocimiento sobre la región, no solo biológico sino también cultural, resultado de la estrecha y respetuosa relación de esta etnia con la naturaleza.
Para los Comcáac, las aves tienen mucha importancia cultural. Representan aspectos profundos de su vida cotidiana y reflejan su relación con la naturaleza. El Pelícano Café (Tosni) y la Gaviota Ploma (Canócni) solían ser pescadores humanos antes del gran catástrofe (Hant haa cöima). La gaviota le prestó su arpón al pelícano para que pudiera pescar, de ahí su gran pico, éste nunca lo regresó. Por eso siempre se observa a la Gaviota Ploma detrás del Pelícano Café buscando su arpón.
Los jóvenes localizaron grupos de aves, identificaron especies y apoyaron en el registro de datos. Debido a su constante participación y experiencia, ellos podrán aplicar técnicas de estudio independientemente en futuros monitoreos en su territorio. Más importante aún, capacitarán a otros miembros de su comunidad, cultivando así el interés en la conservación.
Sin lugar a duda, la conservación del Canal del Infiernillo es de suma relevancia, particularmente para aquellas aves que se encuentran vulnerables. Este año, se registraron especies que poseen alguna categoría de protección (Norma Oficial Mexicana 059), como el Playero Occidental, el Chorlo Nevado, el Ostrero Americano, el Picopando Canelo, la Garza Rojiza, la Branta, la Gaviota Ploma y la Gaviota Patas Amarillas, el Pelícano Pardo y el Charrán Elegante. Además, el Chorlo Nevado, la Garza Rojiza, la Gaviota Ploma y el Charrán Elegante se encuentran dentro de la Lista Roja de la IUCN, catalogadas como especies “Casi Amenazadas”. Otro aspecto relevante fue el registro del Chorlo Nevado, el Chorlo Pico grueso y la Branta en números que representan más del 1% de su población mundial. Todo lo anterior cumple con algunos de los criterios para la designación de un sitio Ramsar.
Al observar impresionantes grupos de cientos y miles de aves acuáticas en estos hermosos paisajes, todos adquirimos un conocimiento más profundo sobre cómo éstas utilizan los hábitats del Canal del Infiernillo, uno de los pocos lugares que se encuentran tan bien conservados en gran parte gracias a la comunidad Comcáac. La experiencia se transforma en una fuente de motivación para compartir avistamientos y vivencias que son difíciles de guardar para uno mismo, lo cual nos lleva a extender el conocimiento y el interés por la conservación más allá de quienes estuvimos presentes en estos recorridos.