El Refugio Paton para Observadores de Aves, la meca de miles de observadores de aves de todo el mundo al sureste de Arizona, es ahora el Centro Paton para Colibríes de la Sociedad Audubon de Tucson. American Bird Conservancy (ABC), la Sociedad Audubon Tucson y los Tours de Naturaleza Víctor Emanuel trabajaron conjuntamente para recaudar los fondos para adquirir la propiedad histórica y garantizar su protección a largo plazo.
Más de 1,000 amantes de las aves—muchos de ellos antiguos visitantes de la propiedad Paton—respondieron a la solicitud de aportaciones y varios de ellos volvieron a contar sus recuerdos del sitio y donaron a manera de tributo. La campaña recaudó más de $300,000 para comprar la propiedad y proporcionar mejoras y el mantenimiento a largo plazo. ABC compró la propiedad y se la pasa a la Sociedad Audubon Tucson para su mantenimiento a largo plazo como santuario público de colibríes. La Sociedad Audubon Tucson ha recaudado exitosamente los fondos de sus miembros para permitir el mantenimiento y administración necesaria.
El Centro Paton para Colibríes de la Sociedad Audubon de Tucson se ubica al sureste de Arizona en el pequeño pueblo de Patagonia, de 1,000 habitantes. Tuvo su comienzo en 1974 cuando Wally y Marion Paton—quienes amaron a las aves durante toda su vida—empezaron a sembrar flores y a instalar detalles de agua en su propiedad. Colocaron más de una docena de alimentadores para colibríes y tuvieron mucho éxito atrayendo aves a su jardín. Más de 15 especies de colibríes frecuentan la propiedad, con picos durante las épocas de migración en la primavera y el otoño. Cuando la pareja se dio cuenta de que los observadores de aves se aglomeraban afuera de su cerca para poder ver bien, los Paton abrieron la puerta y les dieron la bienvenida.
Durante más de 35 años recibieron a visitantes de todo el mundo en su jardín. Con el tiempo, los Paton pusieron una tienda de campaña para los observadores visitantes, instalaron asientos y ayudaron a identificar aves. Colocaron un pizarrón en el jardín donde los avistamientos diarios podían anotarse. En la puerta instalaron una lata denominada “el fondo de azúcar” de donativos para sufragar los gatos de los alimentadores de aves. La propiedad la heredaron los hijos Paton, quienes querían garantizar su conservación como una parada memorable y de bienvenida para los observadores de aves. Ahora, a través de esta exitosa colaboración y la generosidad de miles de personas, la labor de amor de sus padres se ha inmortalizado.
Conozca más: http://www.tucsonaudubon.org/work/patons.html