Por Susan Wethington, Directora Ejecutiva, Red de Monitoreo del Colibrí
La Red de Monitoreo del Colibrí (HMN) es una organización sin fines de lucro que combina la investigación colaborativa, la participación comunitaria y la capacitación para entender mejor y valorar la importancia de los colibríes y su conservación ante un cambio climático. Cada año, surgen historias sorprendentes conforme seguimos nuestro trabajo de conservación del colibrí. Una de mis historias favoritas sucedió el verano pasado cuando Branden, un estudiante de licenciatura de la Universidad de Arizona se interesó en la conservación del colibrí y participó como becario en la Estación de Investigación del Suroeste del Museo Americano de Historia Natural. Supo de una fotografía de hace 50 años de un nido de colibrí garganta azul que encontraron Helen y Noel Snyder, investigadores del halcón, en una cueva en las montañas Chiricahua. Con sus indicaciones, Branden encontró la cueva y descubrió que una hembra de colibrí garganta azul seguía usando el nido. ¡Increíble!
Debido a que el colibrí garganta azul vive en hábitats ribereños húmedos, es una de las innumerables especies desfavorablemente afectadas por las condiciones actuales y pronosticadas a largo plazo a lo largo del occidente Norteamericano. Los colibríes garganta azul son polinizadores, al igual que todos los colibríes. Existe la creciente amenaza de que las interacciones de polinización se están viendo alteradas por la sequía y el cambio climático. Ello es probablemente la mayor amenaza a los colibríes de Norteamérica. A través de nuestra red de monitoreo coordinado, los investigadores, los estudiantes, los becarios y los voluntarios investigan lo que los colibríes necesitan para sobrevivir, para reproducirse exitosamente y para mantener poblaciones prósperas. En los últimos años, hemos centrado nuestro trabajo de colaboración con el Dr. Coro Arizmendi de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A través de la HMN, se llevaron a cabo esfuerzos de monitoreo en sitios múltiples de Arizona, así como en los puntos a lo largo de cinco estados en México. La investigación se centró en detectar la respuesta de los colibríes ante el cambio, independientemente de las causas, las cuales pueden ser el cambio climático, las condiciones ambientales, los cambios en el uso de suelo, las acciones de restauración, entre otras.
Los colibríes cuentan con índices metabólicos altos, buenas habilidades de aprendizaje y responden rápidamente a los cambios en su hábitat. Sus respuestas rápidas se ven profundamente influenciadas por las complejas interacciones mutuas con las flores. Dichas interacciones biológicas en cascada ayudan a proteger sus nidos de los depredadores. Los conteos de campo, como las búsquedas de nidos y los conteos de puntos colibrí-flor, con mayor frecuencia reflejan las respuestas a las interacciones y condiciones actuales en lugar de las respuestas importantes a largo plazo.
Para evaluar la eficacia de las acciones de conservación, la HMN está revisando sus datos de monitoreo coordinado de la última década. La HMN está detectando las tendencias en las poblaciones de colibríes e identificando qué factores ambientales afectan más su supervivencia. El análisis de las tendencias sugiere poblaciones relativamente estables para seis especies (colibrí barba negra, zumbador cola ancha, zumbador rufo, colibrí pico ancho, colibrí magnífico y colibrí garganta azul). Sin embargo, los análisis de captura-marca-recaptura que incluyen covariables ambientales encuentran efectos muy negativos en supervivencia. Por ejemplo, el aumento en la temperatura máxima promedio durante la temporada de reproducción disminuye la supervivencia del colibrí barba negra. Para el zumbador rufo, las temperaturas mínimas cada vez menores con el aumento en la precipitación tienen el mayor efecto negativo en su supervivencia. En otras palabras, las temporadas de reproducción frías y húmedas son difíciles para el zumbador rufo.
Nuestras recomendaciones para restaurar los hábitats del colibrí son:
- Restaurar el paisaje de néctar para proporcionar plantas de néctar abundantes y de floración consecutiva.
- Restaurar los elementos de la estructura de la vegetación que se encuentran típicamente alrededor de los sitios de anidación del colibrí.
- Monitorear las poblaciones de colibríes para detectar la respuesta de la población ante el cambio.
Las Redes de Conservación del Colibrí (HCN) emergentes son una ampliación de la HMN en los programas para representar mejor nuestro trabajo y visión actual. Las HCN incluyen cuatro programas clave que brindarán los recursos y las oportunidades para que los socios participen en la conservación de los servicios de los colibríes y de polinización. Los programas de las HCN son:
- Monitoreo: Red de Monitoreo del Colibrí (HMN)
- Investigación: Instituto de Estudios de Campo del Colibrí (HFSI)
- Restauración: Comunidades y Reservas de Conservación del Colibrí (HCCR)
- Extensión: Centros de Aprendizaje de la Conservación del Colibrí (HCLC)
Se han logrado avances en la parte de la restauración del proyecto de integración de la HCN que busca la participación comunitaria para llenar los huecos en el paisaje de néctar. Rocío Meneses fue becaria de la HMN, es una increíble buscadora de nidos y coautora del libro Los colibríes de México: un viaje en su búsqueda. Ahora es estudiante de doctorado de la UNAM, donde continua realizando su trabajo en la conservación del colibrí. Rocío trabaja ayudándonos a desarrollar programas para captar la participación de las comunidades de manera que se beneficien económica, social y ecológicamente a partid de las acciones de conservación del colibrí.
Contiuamos este año con direcciones claras y una verdadera esperanza de que nuestro trabajo marque la diferencia en la conservación del colibrí. Para saber más de la HMN o cómo participar, visita nuestro sitio.