Por Sergio Ávila, Científico de la conservación
Imagina un insecto capaz de reunir a gobiernos, científicos y ciudadanos de tres naciones en un esfuerzo por revertir su disminución y restaurar las poblaciones saludables en todo Norteamérica. Ese insecto es la mariposa monarca, posiblemente el insecto más querido en el mundo. Mejor conocida por su increíble migración anual de miles de millas desde lugares en Canadá y Estados Unidos hasta los bosques de abetos en el centro de México, las mariposas monarca se han convertido en las embajadoras de la conservación en Norteamérica.
Las monarca llegan a México alrededor del “Día de los Muertos” a principios de noviembre, donde las tradiciones locales las consideran las almas de los parientes muertos que regresan a visitarlos en la forma de una colorida mariposa. El “descubrimiento” de los bosques de pino y abeto en México donde las monarca pasan el invierno, hace más de 40 años, fue un descubrimiento importante para la comunidad científica general, pero no para las personas de la localidad que han vivido en dichas montañas por cientos de años.
La región del Desierto Sonorense juega una función en la migración de la monarca, y los habitantes tienen la fortuna de poderlas ver. La Danaus plexippus, como se le conoce a la mariposa monarca en los círculos científicos, está presente y en momentos en abundante en Arizona y en Sonora a distintas elevaciones a lo largo del año, en especial en las áreas ribereñas. Las poblaciones en reproducción, los adultos y las orugas, se han observado en Arizona en todas las elevaciones de manera estacional. Usan una variedad de plantas nativas de algodoncillo para el néctar y para poner sus huevos. Sin embargo, aún se desconoce mucho sobre las mariposas monarca en Arizona y la información sobre estas mariposas en el norte de México es escasa.
En la última década, el Southwest Monarch Study, una organización dedicada a investigar los patrones de migración y reproducción de las mariposas monarca en el suroeste de EEUU, ha encontrado que algunas de las mariposas monarca en Arizona migran a México, mientras que otras lo hacen a California. Ambas monarcas en reproducción y migración se ven con frecuencia en los patios de las ciudades y en los parques donde encuentran disponible el algodoncillo y otras fuentes de alimento. La ventana de migración de D. plexippus en Arizona empieza a principios de septiembre hasta mediados de octubre, con algunos tardíos ocasionales en noviembre.
Ciclo de vida y migración de la monarca
Al igual que todas las mariposas, las monarca pasan por una metamorfosis asombrosa desde el huevo hasta el adulto. La vida de una monarca empieza en una planta comúnmente llamada algodoncillo – una planta del género Asclepias. Aquí, la hembra adulta deposita diminutos huevos blancos, de los que unos días más tarde emerge la oruga. La oruga crece muy rápido, alimentándose exclusivamente de las hojas del algodoncillo y excretando – caquitas redondas o cilíndricas en la forma de una granada. ¡Durante las siguientes semanas, la oruga crece 2,000 veces su tamaño! Se está preparando para su siguiente etapa de vida: pupa o crisálida, de la que emergerá un adulto fuerte con alas.
Los científicos han desarrollado un método seguro para estudiar los movimientos de migración de las mariposas monarca a lo largo de grandes paisajes etiquetando a las mariposas de manera individual. La participación de los científicos ciudadanos ha sido clave para forjar redes para registrar los movimientos de las monarca en Norteamérica. El “etiquetado” quiere decir capturar cuidadosamente a una mariposa, colocar una pequeña etiqueta que contiene un número de serie y un correo electrónico en el ala trasera y luego liberar al individuo para que siga sus movimientos naturales. Cuando una mariposa etiquetada llega a un jardín a alimentarse o a descansar, un observador puede comunicarse con el equipo de investigación a través de la información en la etiqueta y compartir el número de serie, el lugar, la fecha, las condiciones meteorológicas y más. Gracias a los esfuerzos de etiquetado y monitoreo, los científicos ahora saben que existe cierto traslape en las poblaciones de oriente y occidente.
A finales de octubre las monarca llegan a la “Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca” en México para pasar el invierno en los bosques templados a más de 9,000 pies. La reserva es un Sitio de Patrimonio Mundial, localizado a lo largo del cinturón transvolcánico de México en los estados de Michoacán y Estado de México. Al llegar, las monarca se posan en los árboles, formando colonias gigantes que doblan las ramas con su peso y cubren el suelo, los arroyos y el cielo como nubes aleteando naranja y negro. Pasan los meses de invierno aquí hasta que la temperatura cambia a favor de su migración al norte en la primavera. Con este cambio en el medio ambiente, las mariposas monarca maduran, empiezan a reproducirse e inician su migración hacia el norte. Desde aquí, tomará varias generaciones para nuevamente concluir el ciclo anual de migración.
De modo que, ¿cuál es el problema?
Las poblaciones de mariposa monarca en Norteamérica han disminuido de manera drástica en la última década y están amenazadas por la destrucción del hábitat en todas las partes de su zona de distribución y por el cambio climático.
El amplio uso de herbicidas, en especial aquellos que contienen glifosato, han reducido enormemente las poblaciones de algodoncillo a lo largo de la zona de reproducción de la población oriental. Los algodoncillos son plantas hospederas obligatorias para las orugas monarca. Sin el algodoncillo, las hembras no tienen dónde poner sus huevos y las orugas no tienen nada qué comer. Además, los insecticidas conocidos como neonicotinoides, que se usan tanto en paisajes agrícolas como urbanos, pueden representar una amenaza. Los neonicotinoides se absorben y distribuyen a lo largo de la planta, a las hojas, al néctar, al polen y al tejido leñoso, resultando que todas las partes de la planta sean tóxicas a los insectos que podrían alimentarse de ella.
Las mariposas monarca también se enfrentan a un clima rápidamente cambiante. En Anteriormente, las tormentas severas en los sitios de invierno en México habían resultado en pérdidas drásticas de mariposas. Será más difícil para una población más pequeña recuperarse de dichos eventos, los cuales se predice que sucedan con mayor frecuencia en el futuro. Otras amenazas incluyen la tala en los sitios de invierno en México y las pérdidas de los sitios de invierno en California por el desarrollo urbano.
Los jardines en las escuelas, en los parques y los jardines particulares funcionan de manera eficaz como sitios de descanso, ayudando a las monarca a reabastecerse y continuar su migración. Los jardines también albergan una diversidad de insectos y aves y brindan la oportunidad de una observación tranquila, relajación y un estilo de vida saludable. Los beneficios educativos y recreativos de compartir con las generaciones más jóvenes la oportunidad de observar, identificar y documentar mariposas en sus propios jardines no tienen límite.
Puedes hacer mucho por ayudar a las monarca en cualquier escala. Usar plantas nativas, ricas en néctar en tu jardín, evitar el uso de insecticidas o herbicidas incluyendo neonicotinoides y glifosato, participar como voluntario para mejorar el hábitat de los polinizadores en tu área, unirte a un esfuerzo de ciencia ciudadana y apoyar a los grupos que trabajan para tratar los continuos retos y amenazas.
Al ampliar las redes de hábitat y monitoreo, en especial a lo largo de las fronteras internacionales; trabajar con socios en la investigación, la educación y la restauración del hábitat, esperamos entender mejor la función de los hábitats del Desierto Sonorense para apoyar a las poblaciones saludables de mariposas monarca.
Para más información visita:
- Monarch Joint Venture
- Southwest Monarch Study
- The Xerces Society
- CONABIO (Mexico’s Biodiversity Commission)