Por Gabriela Gonzáles Olimón, Coordinadora de Educación Ambiental e Investigación y Fátima Luna, Economista Ambiental y de Recursos Naturales del Programa del Delta del Río Colorado, Sonoran Institute.
¿Cómo incorpora el Sonoran Institute la participación comunitaria en los proyectos de restauración?
Esto se explica mejor a través de una historia sobre una de nuestras más recientes salidas de educación ambiental. Una estudiante de nombre Marianna y sus compañeros de 4to grado visitaron Laguna Grande, nuestro principal sitio de restauración. La Laguna Grande es un bosque ribereño que se localiza a una hora al sur de Mexicali, Baja California. Durante la visita, Marianna tuvo mucha curiosidad y estuvo haciendo preguntas que abarcaban desde “¿Cómo crecieron tan alto los árboles?” y “¿Cuántas aves hay aquí?” hasta “¿Hay animales peligrosos aquí?”. En ocasiones sus preguntas parecían demasiado, en especial considerando que habían otros 35 niños que exigían atención. Sin embargo, hicimos nuestro mejor esfuerzo en responder a todas las preguntas de Marianna y los demás niños.
Al final de la visita, cuando Marianna corría al autobús, dio la vuelta, levantó los brazos y gritó, “¡amo la naturaleza!”, antes de subirse.
La maestra de Marianna, con lágrimas en los ojos, nos dio las gracias por haber transformado la vida de Marianna. Según ella, Marianna era una estudiante que por lo general no interactuaba con los demás, no hablaba en público y se le dificultaba poner atención en el aula. Pero ese día, Marianna descubrió su amor por la naturaleza. Esto le ayudó a conectarse con sus compañeros, con su medio ambiente, y dejar brillar su propia luz.
La experiencia que Marianna tuvo es una de las principales metas del Sonoran Institute—conectar a la gente y a las comunidades con su medio ambiente natural. Basamos nuestros esfuerzos de conservación en tres estrategias principales: Restaurar, Reconectar y Renovar.
Nuestro Programa del Delta del Río Colorado se centra en el lado mexicano de la frontera e incluye la restauración del hábitat ribereño, de marisma y esteros. Como parte de nuestra estrategia de restauración, hemos, o estamos en el proceso de, restaurar 530 acres de vegetación ribereña en Laguna Grande plantando álamo, sauce, mezquite y otros matorrales nativos. La segunda parte de la estrategia es reconectar el río con el mar desarrollando mecanismos innovadores que aseguren agua para el delta. La última parte de nuestra estrategia es renovar las relaciones individuales y comunitarias con el río y promover la administración a largo plazo a través de la participación comunitaria. Promovemos la restauración ecológica en las comunidades aledañas al delta coordinando presentaciones y talleres en las escuelas y en las comunidades, guiando caminatas interpretativas en nuestros sitios de restauración y conduciendo programas de educación ambiental.
¿Por qué es importante la participación comunitaria en los proyectos de restauración?
La participación comunitaria es un componente clave para promover los resultados de la restauración a largo plazo. Al trabajar directamente con los habitantes de la localidad, establecemos un marco para la administración. A través de la participación en los proyectos, la gente invierte en sus comunidades y quiere ayudar a conservar y mejorar el sistema del río saludable para el futuro. Pueden ejercer influencia en la voluntad política a fin de dedicar agua y otros recursos a los ecosistemas del delta.
Como parte de nuestro enfoque de participación comunitaria, creamos el programa de “Adopta el río” que promueve la apreciación ambiental a través de talleres escolares y salidas de campo a nuestros sitios de restauración. También lanzamos nuestro programa de Paseos Naturales Sabatinos en Familia donde ofrecemos visitas guiadas a nuestros sitios de restauración para promover opciones recreativas saludables para las familias que viven en las comunidades cercanas y que por lo general no visitan los espacios verdes. Como uno de los pocos espacios abiertos verdes en la región, el parque comunitario de la Laguna Grande ahora es un punto de observación de aves residentes y migratorias.
Durante las visitas, las familias aprenden sobre nuestros esfuerzos continuos de restauración y el papel que juega el delta para la gente de su comunidad y para la vida silvestre de la región. Con apoyo de nuestro socio, Alas del Delta, un grupo de observadores de aves capacitado de una comunidad cercana, ofrecemos excursiones de observación de aves. A través de nuestra sociedad con el Sonoran Joint Venture y su facilitación del programa Dona la Guía, hemos recibido binoculares y ejemplares de la Guía de Campo a las Aves de Norteamérica de Kaufman en español. Les enseñamos a los visitantes a usar las guías de aves y el equipo para observarlas, que a su vez aumenta la apreciación de la gente por la naturaleza.
A través de todas nuestras iniciativas de participación comunitaria, llegamos a más de 3,000 personas al año. Para continuar con ello, ¡necesitamos su apoyo!
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