Por Lydia Lozano Angulo, Coordinadora para Naturaleza y Cultura Internacional, México
Globalmente, el bosque tropical seco es uno de los ecosistemas más amenazado, las causas principales de esto es la conversión del suelo para el desarrollo de actividades productivas primarias y establecimiento de zonas urbanas, y solo el 5% de este ecosistema se encuentra protegido legalmente. Es por eso, qué hace 14 años Naturaleza y Cultura Internacional, una organización no gubernamental, inicia su programa en México con la adquisición de dos ranchos en la zona alta de la cuenca del Río Cuchujaqui, a 1600 mts sobre el nivel del mar en ecosistemas perfectos para el carpintero bellotero. El día de hoy, este proyecto que inicio con solo 1200 hectáreas es ahora Reserva Monte Mojino, de 6,800 hectáreas de ecosistemas de bosque tropical seco, bosques riparios y bosques de pino-encino, cubriendo aproximadamente el 10% del total de la extensión de la cuenca del Río Cuchujaqui. Se encuentra ubicada en la Sierra Madre Occidental, en el municipio de Álamos, Sonora, dentro del área natural protegida federal Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, justo donde el bosque tropical seco encuentra su distribución contigua más norteña.
El objetivo principal de este proyecto es la protección de la cuenca del Río Cuchujaqui y sus ecosistemas asociados. Nuestra meta a largo plazo es poder conservar 10,000 hectáreas de tan relevante ecosistema.
Biodiversidad e investigación
Álamos es hogar de más de doscientas especies de aves, 1200 especies de plantas vasculares, entre ellas 48 especies de orquídeas, alrededor de 50 especies de reptiles, y 5 de 6 especies de felinos que existen en México, entre ellos el jaguar. La razón por la que esta zona es tan especial es porque justo aquí es donde la zona neartica y la zona neotropical encuentran sus límites, lo que permite la convivencia de especies características de ambas en un mismo sitio.
Los estudios dentro de la reserva han permitido conocer más de este diverso ecosistema, desde especies nuevas de plantas, hasta una nueva especie de tortuga del desierto. También se ha ampliado el conocimiento del uso del ecosistema por aves migrantes en las temporadas del monzón de Norteamérica, en temporadas invernales, así como el uso del hábitat para la reproducción de los residentes.
Desde hace 7 años que somos parte del esfuerzo global conocido como el conteo navideño de aves, lo que nos ha permitido generar datos relacionados a las aves migrantes de invierno, así como registrar la presencia de algunos residentes. La información sobre la residencia de las aves empezó a complementarse en 2014 cuando el Sonoran Joint Venture y el sistema nacional de parques de Estados Unidos apoyo a NCI, y asesorados por la sociedad Audubon de Tucson se dio inicio a los monitoreos de aves reproductoras en la reserva. Hasta entonces, solo conocíamos a las especies de aves que tenían presencia dentro de la reserva, sin embargo, no conocíamos nada sobre sus ciclos de vida, en especial su reproducción. Uno de los descubrimientos más interesantes a partir de estos estudios, es que la zona es especialmente importante para los reproductores de cavidades, lo que puso una especial atención en los arboles secos, antes considerados solo peligrosos por su propensión a ser combustible en caso de incendios forestales, pero ahora sabemos que son importantes sitios para alrededor de 35 especies de anidadoras de cavidades, muchas de estas especies consideradas de importancia regional y global para el SJV, y en peligro de extinción en México.
El próximo año, financiados por SJV y en colaboración con investigadores en la región, iniciaremos un estudio más a fondo sobre los usos y requerimientos de hábitat de los anidadores de cavidades que utilizan Reserva Monte Mojino. Esto nos permitirá crear una política de manejo sustentada en ciencia que permitan asegurar a las aves un sitio adecuado para su reproducción, así como a las especies asociadas a este ecosistema.
Comunidad, educación y aves
NCI sabe que sin el apoyo de las comunidades locales el proyecto de Reserva Monte Mojino no será exitoso a largo plazo, es por ello que iniciamos un programa comunitario aunado a otro de educación ambiental. Las comunidades rurales participan en un proyecto en el que su bordado tradicional estampa la flora y fauna regional, en especial las especies de aves que habitan en sus comunidades y la reserva.
Por otro lado, hemos logrado involucrar a los más jóvenes en la apreciación de la avifauna regional, gracias a los programas de Donate de Guia y de optics for the tropics organizamos caminatas con los grupos de niños que participan en nuestro programa de ecoclubes tanto en Álamos como en las comunidades rurales.
La creación de un programa integral donde se consideren a todos los actores que impactan la conservación de este ecosistema, es lo que nos motiva todos los días a seguir trabajando.