Por Tess Wagner, Coordinadora del Programa de Restauración de Cuencas, Red de Restauración Fronteriza
La Reserva de Vida Silvestre Fronteriza (Reserva) ocupa más de 1,400 acres de espacio abierto unas millas al norte de Patagonia, Arizona, justo a un costado de la carretera. Como el único espacio abierto protegido que queda entre las Montañas Santa Rita y las Montañas de Patagonia y Huachuca, es un corredor crucial para que la vida silvestre se traslada entre las islas del cielo al sur de Arizona. Es hogar de una variedad de vida silvestre incluyendo a la codorniz de Moctezuma (Cyrtonyx montezumae).
La codorniz de Moctezuma es una especie carismática; tiene un singular cuerpo robusto, patas grandes para rascar la tierra por deliciosas raíces, tubérculos e insectos y los machos están adornados con un pecho moteado en blanco y negro y una mascarita de arlequín. El único lugar donde pueden encontrarse en abundancia es el archipiélago Madrense al sur de Arizona (la mayor parte de su hábitat es en México).
Lamentablemente, el hábitat de la codorniz de Moctezuma está disminuyendo conforme la erosión acelerada ocasionada por el cambio en el uso de suelo, conforme el desarrollo, la minería, el pastoreo y la agricultura eliminan la vegetación que la codorniz necesita para protegerse y alimentarse. Al mismo tiempo, el cambio climático, el aumento en la aridez y los cambios a los flujos de agua superficiales disminuyen la humedad del suelo necesaria para mantener los tubérculos de los que la codorniz de Moctezuma se alimenta, como por ejemplo el trébol acedo. En combinación, estos impactos crean un paisaje más seco, más fragmentado y con menos vegetación.
Estos impactos pueden observarse a lo largo de la zona de distribución de la codorniz de Moctezuma, y la Reserva no es la excepción. Es más común observar a la codorniz de Moctezuma en la parte central de la Reserva donde los drenajes efímeros cortan a través de los pastizales de roble y mezquite, drenando rápidamente la humedad de la tierra por donde los preciados flujos de agua fluyen. Para combatir dicha degradación del paisaje y del hábitat, el Programa de Apoyos del Sonoran Joint Venture generosamente otorgó a Borderlands Restoration Network (BRN) – organización sin fines de lucro que maneja de manera colaborativa la Reserva de Vida Silvestre Fronteriza y lleva a cabo trabajo de restauración en la parte fronteriza entre Arizona y Sonora – un total de $25,000 usd en 2019 y 2020 para implementar intervenciones de restauración en la Reserva para beneficio de la codorniz de Moctezuma y otras especies que dependen de este crucial hábitat.
El financiamiento se utilizó para implementar un método de restauración múltiple que empezó con la restauración de los flujos de agua a lo largo del paisaje. Esto se logró con la construcción de más de 270 estructuras de troncos y piedras colocadas en los drenajes de erosión perpendiculares al flujo del agua. Estas estructuras sobresalen unas 4 a 12 pulgadas sobre el fondo del canal, frenando físicamente el flujo del agua, capturando el sedimento y estancando el agua de modo que puede filtrarse al suelo. Esto permite una recarga del agua subterránea y aumenta la humedad del suelo, al mismo tiempo que reduce la erosión. Las semillas nativas obtenidas de las poblaciones silvestres de la localidad se distribuyeron alrededor de las estructuras, promoviendo el restablecimiento de las comunidades de vegetación nativas para aumentar la función del hábitat, aumentar la retención de agua en el paisaje, y reducir la erosión aún más a través del efecto estabilizador de los sistemas de raíces en el suelo. La semilla se distribuyó en la forma de bolitas de semillas, las cuales son una combinación de semillas, composta, tierra de diatomeas y arcilla. Estos ingredientes se mezclan con agua en una pequeña mezcladora de concreto hasta formarse pequeñas bolitas. Posteriormente las bolitas se tiran siembran en el suelo, donde quedan protegidas de la depredación hasta que llegan las lluvias. La lluvia disuelve las bolitas y permite que la semilla germine.
Se incorporaron estudios de aves a este proyecto a fin de permitir comprender cómo las actividades de restauración ejercen un impacto en la codorniz de Moctezuma y en otras poblaciones de aves. Se contrató a la Sociedad Audubon de Tucson para llevar a cabo estos estudios debido a su experiencia en estas técnicas de monitoreo de aves y por su robusta base de voluntarios. Se seleccionaron cuatro transectos para los estudios y se incluyeron los dos drenajes donde se realizó el trabajo de restauración, y también dos drenajes de control donde no se hizo ningún trabajo de restauración. Se establecieron las condiciones iniciales en el primer año del proyecto y antes de la temporada de lluvias, con 5 estudios por año programados a partir de entonces. Los estudios todavía están por concluirse, y los resultados están pendientes.
Los voluntarios han sido una parte crucial de los procesos de restauración. Además de ayudar con los estudios de aves, los grupos de educación visitantes y los eventos públicos de voluntarios han contribuido más de 200 horas de trabajo voluntario al ayudar en la limpieza de semillas y la construcción de estructuras para controlar la erosión, ampliando aún más el impacto de este proyecto a través de la educación práctica sobre la codorniz de Moctezuma, los impactos a su hábitat y las soluciones de restauración. Esperamos con ansia los beneficios de esta ardua labor en los próximos años. Para conocer más sobre cómo participar en los esfuerzos voluntarios o las oportunidades de educación, favor de visitar nuestro sitio.