Por Corrie Borgman, Bióloga de aves terrestres, Programa de Aves Migratorias del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU
A no ser que vivas en el desierto del suroeste, puede que nunca hayas visto un cuitlacoche pico corto. Quizá nunca hayas escuchado su incesante trino entre los mezquites, entre la yuca. Quizá nunca lo hayas alcanzado a ver en el suelo entre los matorrales, o buscando insectos o semillas en el suelo. Incluso aunque vivas en el desierto del suroeste, ¡es raro toparse con este habitante del desierto! Presentándose de manera dispareja y casi nunca, sus hábitos reservados y su plumaje enigmático lo hacen imposible de detectar. En un abrir y cerrar de ojos, incluso su ojo brillante, de oro, desaparece en el desierto. El Grupo de Trabajo del Cuitlacoche del Desierto, en colaboración con muchos socios del suroeste, tiene el objetivo de aprender mucho más sobre esta hermética ave y su ecología a fin de que las futuras generaciones puedan tener el placer de encontrársela.
El cuitlacoche pico corto es una especie de interés para la conservación identificada por numerosas dependencias estatales y federales incluyendo al Sonoran Joint Venture. Se encuentra en la “Lista Roja” (esto es, de prioridad absoluta) de Compañeros en Vuelo, así como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) por su considerable disminución a lo largo de su zona de distribución. Los estudios de reproducción de las aves muestran una disminución anual de 4.5% desde 1967, lo que resulta en una pérdida calculada del 86% del tamaño total de la población desde ese año. El Plan de Conservación de Aves Terrestres de Compañeros en Vuelo predice que en 18 años, puede que la población disminuya nuevamente un 50%. Necesitamos actuar urgentemente para conservar esta especie. Sin embargo, se desconocen muchos aspectos del ciclo vital y la biología del cuitlacoche pico corto. Para complicar el asunto, lo poco que sabemos de la especie proviene de la investigación en Estados Unidos, a pesar de que gran parte de su zona de distribución se encuentra en Sonora, México y en menor medida en Chihuahua, México.
Virtualmente se desconocen las rutas migratorias del cuitlacoche pico corto. Las partes más al norte de la población parecen migrar, pero otras pueden ser residentes todo el año. La cuestión es saber exactamente qué partes de la población migran, y cuándo y a dónde se van. Entender los patrones de migración y la ubicación de los hábitats permitirá una mejor planificación acerca de dónde invertir recursos para la conservación del cuitlacoche pico corto.
En la primavera de 2019, el Departamento de Caza y Pesca de Arizona y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU colaboraron con el Sonoran Joint Venture, la Sociedad Audubon de Tucson y la Ciudad de Tucson para lanzar un proyecto piloto para investigar los patrones de movimiento de cuitlacoche pico corto en el sur de Arizona. El cuitlacoche pico corto pesa unos 60 g (ligeramente más pequeño que un tordo), haciéndolo demasiado pequeño para la tecnología de GPS tradicional que se usa en aves más grandes como la grulla gris o el águila real. No obstante, la tecnología está avanzando y ya hay disponibles unidades de GPS más pequeñas de Lotek Pinpoint que sólo pesan 1 g para aves pequeñas. Estas etiquetas se han usado anteriormente para estudiar los patrones de migración y la conectividad de las especies como el chipe suelero, zorzal rojizo y el tapacamino cuerporruín. Durante esta temporada piloto, colocamos 15 de estas etiquetas GPS a cuitlacoches pico corto en la primavera de 2019. Las aves se etiquetaron durante la temporada de reproducción con la esperanza de que las aves territoriales regresen a las mismas áreas de reproducción en 2020, permitiéndonos recuperar las etiquetas. Las etiquetas registran las ubicaciones GPS de las aves semanalmente entre los meses de agosto (cuando por lo general desaparecen de las áreas de reproducción) y febrero (cuando típicamente regresan). De resultar satisfactorio, queremos ampliar este trabajo a otras partes de la zona de distribución de la especie (Nuevo México y Nevada, por ejemplo).
Incluso si recuperamos sólo algunas de las etiquetas, esto nos proporcionará información específica y valiosa sobre el momento y los lugares de la migración, así como información importante sobre las áreas de invierno. Tan sólo un punto de ubicación en México nos sería útil para informar esfuerzos de búsqueda concentrados para futuros estudios en el sitio. Esperamos que este proyecto pueda ayudar en la conservación de esta especie del desierto. Agradecemos gentilmente a todos aquellos que nos hay ayudado en este esfuerzo: Jennie Macfarland y Tim Helentjaris de Audubon de Tucson coordinaron el monitoreo de aves por parte de los voluntarios en nuestra área de estudio, y la Ciudad de Tucson brindó acceso a nuestras parcelas de estudio. Le damos las gracias a Olya Phillips, Diane Tracy, Shannon McNeil, Sydney Smith y Melissa Folsom por su valiosa ayuda cazando con trampas en el campo.