Por Chris Spurgeon, presidente del programa, Sociedad Audubon de Pasadena
Parece imposible que dos veces al año una persona cualquiera pueda estar en uno de los eventos más grandes y espectaculares de la naturaleza y no saberlo. Pero ese es el caso con los seres humanos y las aves migratorias. Cada primavera, más de tres MIL MILLONES de aves viajan a Norteamérica desde los lugares de invierno en el sur de los Estados Unidos, México, Centro y Sudamérica, a las áreas de reproducción en Estados Unidos y Canadá. Una población incluso más grande (debido a que incluye a las aves que nacen en el verano) se dirige al sur ese mismo otoño. Donde yo vivo, justo al norte de Los Ángeles, puede que más de medio millón de aves migre por aquí tan sólo en un día.
Parte de la razón por la que no nos damos cuenta de estos movimientos es que la mayoría de las aves tiene sus increíbles viajes migratorios por la noche cuando estamos bien dormidos. Pero también porque están dispersos en un área bastante amplia. Unas aves por aquí, otras por allá, no es fácil darse cuenta. Todo ello dificulta que nosotros, los seres humanos, podamos estudiar a las aves migratorias. Pero existe un punto exclusivo, descubierto recientemente en el sur de California donde es fácil observar a miles de aves migratorias.
Bear Divide es un área pintoresca en las montañas San Gabriel, a unas 30 millas al norte del centro de Los Ángeles, y es uno de los mejores lugares en California para ver aves cantoras migratorias.
Cada primavera las aves que migran al norte a través del área de Los Ángeles se encuentran con el reto de volar sobre las montañas San Gabriel antes de que puedan seguir su viaje al norte. Las aves no son tontas; naturalmente buscan el camino más fácil sobre las montañas. En este caso, lo hacen volando por uno de los valles en las montañas San Gabriel que llega a Bear Divide, un hueco natural en las montañas. Ese punto – más pequeño que un campo de futbol americano – es un extraordinario punto de concentración para las aves. Estar ahí temprano por la mañana en un día de primavera te permite ver miles, incluso decenas de miles, de aves pasar.
Sólo en los últimos años, después de que un investigador de aves tuvo la casualidad de estar en Bear Divide una mañana de primavera cuando la migración estaba en pleno apogeo, los investigadores y observadores de aves han empezado a congregarse en este punto entre marzo y junio, esperando estar ahí en una de estas espectaculares mañanas. Para los observadores de aves, es una oportunidad de ver la belleza y entusiasmo de las aves que pasan. Pero para los investigadores, es una oportunidad de aprender más sobre la migración.
A lo largo de la temporada de migración de primavera, los investigadores hacen guardia en Bear Divide, contando el número de aves que pasa volando y registrando las especies que migran ese día. También capturan una muestra de aves en redes y registran su tamaño, su peso y su condición cuidadosamente antes de volverlas a liberar, sin dañarlas, para continuar su camino.
Y aunque estos datos son importantes, sólo son una fracción. Lo que realmente queremos hacer es seguir a las aves a través de todo su viaje migratorio. Gracias al reciente financiamiento del Sonoran Joint Venture (SJV), estamos un paso más cerca de lograrlo.
El Programa de Apoyos del SJV recientemente financió una propuesta de la Sociedad Audubon de Pasadena para instalar una estación electrónica de seguimiento Motus en Bear Divide como parte de un esfuerzo de colaboración para ampliar la Red Motus. Motus, (“movimiento” en latín) combina transmisores de radio diminutos con estaciones de rastreo dispersas por el campo. Cuando un ave que cuenta con un transmisor Motus vuela a varias millas de una de las estaciones Motus (actualmente existen más de 40 estaciones en California, y más de 1,500 dispersas por todo Norteamérica), su paso se detecta y registra, y los datos se comparten con científicos en todo el mundo. Al presente, los investigadores en Bear Divide están colocando transmisores diminutos para capturar a las aves migratorias y la estación de rastreo en Bear Divide espera pacientemente las señales de las aves migratorias que puedan estar portando los transmisores colocados por científicos en lugares lejanos como Alaska o Sudamérica.
El sistema Motus sigue en pañales en el occidente y precisamente ahora, hay más estaciones de rastreo que aves con transmisores Motus en la parte oriental del continente. ¡Pero todo eso está cambiando! El número de estaciones en California crecerá más del doble este año, y se espera que sea todavía más rápido en lo que resta de la década. Con cada estación que se agrega, y cada ave adicional que porte un transmisor, toda la red se volverá más valiosa. Al brindar financiamiento y apoyo técnico, el SJV facilita esta increíble oportunidad de aprendizaje.