Por Daniel P. Collins, Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU, Programa de Aves Migratorias de la Región Suroeste
El bajo Valle del Río Colorado (LCRV), desde la presa Hoover al Mar de Cortés, históricamente mantenía a más de 400,000 Ha de hábitats nativos ribereños, de marisma, acuáticos e intermareales. Sin embargo, en el último siglo, dichos hábitats han sufrido dramáticas alteraciones debido a la construcción de presas, la canalización de los ríos, el desarrollo urbano, las diversiones agrícolas, los regímenes de inundaciones alterados y las plantas invasivas. Además, el Mar Saltón en el Valle Imperial (IV) también forma parte integral de la región del Delta del Río Colorado (es decir, LCRV) que sustenta un gran número de especies de aves diversas y es uno de los humedales más importantes para las aves acuáticas de Norteamérica. La degradación de estas áreas ha afectado a las especies que dependen de los humedales como la población de grullas grises del LCRV (Antigone canadensis tabida; de aquí en adelante grulla(s)). Debido a la constricción del hábitat de invierno, las grullas ahora pasan esta temporada en áreas limitadas confinadas al suroeste de Arizona y sureste de California, respectivamente.
Se han realizado pocos estudios de investigación en el suroeste, incluso cuando el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU y el Consejo del Corredor del Pacífico han priorizado la identificación de las deficiencias del hábitat (esto es, los sitios de percha, descanso y alimentación). Dadas las amenazas a la conservación de los recursos regionales de humedales áridos ya conocidas y la información limitada sobre las grullas, era necesaria una evaluación eficaz del uso del espacio y la selección del hábitat para las grullas de invierno. Nuestros objetivos eran usar los datos de localización de las grullas etiquetadas con transmisores satelitales durante el invierno para evaluar la selección del hábitat de las grullas y predecir la probabilidad relativa de uso, así como identificar los recursos con necesidad de medidas de conservación (por ejemplo, mejoramiento, servidumbre y adquisición).
Capturamos grullas en los Refugios Nacionales de Vida Silvestre Cibola y Sonny Bono Salton Sea, y en un terreno privado fuera de Brawley, California en enero y febrero de 2014. Al capturarlas, anillamos a cada grulla con una banda de aluminio de Servicio Geológico de EEUU. De cada captura, seleccionamos a un subgrupo de grullas adultas les fijamos una etiqueta terminal de transmisión solar de plataforma (PTT) que usa a los satélites para calcular los movimientos y las ubicaciones de las aves. Durante el estudio, se capturaron y colocaron PTT a 21 grullas. Sólo se utilizaron en el análisis a las grullas con transmisores activos durante una temporada completa de invierno (del 15 de noviembre al 15 de febrero; 2015-2016 y 2017-2017). Por consiguiente, usamos los datos de 10 a 21 grullas etiquetadas con transmisores satelitales (n = 4,644 ubicaciones) en el análisis de selección del hábitat.
Nuestras conclusiones sugieren que las grullas limitan la distancia entre los sitios de percha a los lugares de forrajeo del día siguiente. En cada una de nuestras áreas de estudio, los sitios de forrajeo (por ejemplo, plantíos de maíz y demás campos agrícolas) están disponibles cerca de los sitios de percha. Los estudios anteriores sugieren que un hábitat confiable de percha se encuentre a una distancia mínima de los sitios de forrajeo y descanso menor a 10 Km. Las grullas en nuestro estudio también seleccionaron sitios de forrajeo menores a 10 Km. de distancia del lugar de percha de la noche anterior. La selección diurna y de percha de los hábitats de las grullas de invierno fue consistente con el resto de los estudios, enfatizando la selección de los cultivos agrícolas (por ejemplo, granos y alfalfa), agua abierta y humedales de temporada.
La restauración natural o la implementación artificial, pero parecida, de la hidrología a las áreas, así como la conversión de los campos en barbecho y las áreas áridas en humedales que cuentan con características históricas de humedales beneficiarían a las grullas en el suroeste. La creación de sitios adicionales de percha cerca de los recursos importantes de alimentos agrícolas también podría compensar los impactos negativos en las grullas debido a la pérdida histórica de los humedales en el LCRV. Considerando las áreas de invierno que las grullas habitan y las características que ejemplifican los hábitats de percha confiables para las grullas, el manejo de los humedales en los Refugios Nacionales de Vida Silvestre Cibola y Sonny Bono Salton Sea y posiblemente en Áreas de Manejo de Vida Silvestre estatales o en clubes de caza de patos, sería la manera más viable de mantener y potencialmente aumentar el hábitat de percha disponible dados los problemas de escasez de agua. Promover la importancia de mantener los humedales cerca de los recursos de forrajeo agrícola entre quienes manejan los humedales puede ser un reto para el manejo de los sistemas áridos, pero es particularmente necesaria para esta población de alta prioridad para la conservación de la que también se ha estudiado poco. En este caso, los esfuerzos de manejo pueden ser más idóneos para los refugios y las áreas identificadas y suscritas a los programas de incentivos para la conservación. Para conocer más, favor de revisar nuestro manuscrito.