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Cantos en la oscuridad: alumbrando a los tapacaminos

Por Logan Parker, Red de Estudios de Tapacaminos y Proyecto de Monitoreo de Tapacaminos de Maine

Los tapacaminos son un grupo de aves crepusculares y nocturnas conocido por sus cantos de noche misteriosos y su plumaje críptico. Son una presencia fascinante y enigmática en los paisajes variados del suroeste de Estados Unidos y noroeste de México. Desde los tapacaminos “dormilones” de las planicies rocallosas hasta los chotacabras “gorjeadores” de los desiertos de las tierras bajas, estos miembros escurridizos de la familia Caprimulgidae han sido una fuente de interés e inspiración durante siglos.

El suroeste de Estados Unidos y noroeste de México son hogar para varias especies de tapacaminos, cada una con sus hábitos y características distintivas. Aquí estudiaremos tres especies: el tapacaminos pandeagua, el chotacabras menor y el tapacaminos cuerporruín mexicano.

Un pájaro pequeño se camufla fácilmente entre el suelo.
El tapacaminos pandeagua pasan el día escondidos en el suelo. En épocas de escasez de alimento o frío pueden entrar en un estado de letargo para ahorrar energía hasta que las condiciones mejoren (foto cortesía de Andy Teucher).

A menudo más escuchados que vistos, el tapacaminos pandeagua canta su onomatopéyico canto al anochecer y en las noches de luna. Conocido por los Hopi como “Hölchoko” o el “dormilón”, el tapacaminos pandeagua hace uso regular del letargo para contender con las condiciones adversas del tiempo o una reducida disponibilidad de alimentos. Al usar esta adaptación, son capaces de permanecer inactivos durante semanas. En la parte suroeste de su zona de distribución, el tapacaminos pandeagua vive en una variedad de hábitats incluyendo planicies áridas con matorrales y laderas de colinas, bosques de chaparral y de pino y enebro.

Si eres oportuno tendrás mejores oportunidades de realmente ver a un chotacabras menor. Aunque pasan sus días escondidos en el suelo del desierto, estas aves elegantes pueden verse forrajeando insectos en pares o pequeñas bandadas al ponerse el sol. Al igual que los tapacaminos pandeagua, estas aves están bien adaptadas para contender con las temperaturas extremas. Los chotacabras menores que anidan están expuestos a un intenso calor durante el día. Para evitar sobrecalentarse, estas aves se orientan para minimizar y maximizar la exposición al sol y al viento respectivamente. Las aves que incuban también agitan la garganta (algo relacionado al jadeo de los perros) para regular su temperatura a través de un enfriamiento evaporativo.

Un pájaro planea entre la luz mortecina del atardecer..
Un chotacabras menor se eleva sigilosamente sobre el agua y puede identificarse por la barra blanca que cruza las puntas de las alas (foto cortesía de Steve Colwell).

Si visitas las colinas boscosas y las montañas del norte de México, de Arizona, de Nuevo México y partes de California en las noches de luna quizá podrás escuchar el canto del tapacaminos cuerporruín mexicano. Separado de su especie hermana, el tapacaminos cuerporruín norteño, en el 2010, las diferencias en el canto y la apariencia entre las dos especies se reconocieron hace mucho. Su canto es más bajo y grueso que el de su primo y también tiene un ritmo diferente. Aun así se sabe poco del estado y la biología de esta especie. De hecho, el tapacaminos cuerporruín mexicano es una de las aves que se reproduce en Norteamérica menos estudiadas.

Como agrupación, los insectívoros aéreos han disminuido precipitadamente en Norteamérica en las últimas décadas, incluyendo a los tapacaminos. Aunque nos ha cautivado su canto por las noches durante siglos, su naturaleza escurridiza ha significado que los detalles vitales sobre las condiciones de su población y los posibles causantes de su disminución también se nos hayan escapado. Se ha sugerido que la disminución en la población de los insectos, la pérdida del hábitat por el desarrollo urbano y la expansión agrícola, y el cambio climático son los culpables de la disminución de las poblaciones de tapacaminos. Queda mucho por aprender para garantizar que estos fascinantes nocturnos se sigan escuchando por generaciones venideras.

Cómo puedes ayudar: La Red de Estudios de Tapacaminos
La evaluación del estado de nuestras especies de tapacaminos en Norteamérica requiere de un esfuerzo colectivo. Lo primero es reunir datos básicos sobre la distribución y la abundancia del tapacaminos y ello requiere de coordinación. Por fortuna, se estableció la Red de Estudios de Tapacaminos (NSN) para este propósito y se ubica para apoyar los amplios esfuerzos de monitoreo del tapacaminos en los siguientes años. Los monitores dedicados de tapacaminos en Arizona y California han apoyado firmemente la NSN, encabezando los esfuerzos en el suroeste de Estados Unidos por más de una década y reuniendo datos cruciales sobre todas las especies mencionadas anteriormente. Aun así, quedan muchas oportunidades para reunir datos valiosos al adoptar rutas y realizar estudios de tapacaminos en la región del Sonoran Joint Venture y más allá. Visita nightjars.org hoy para reservar una ruta y asegurar tu oportunidad de participar en los estudios del próximo año. Quizá tengas el placer de escuchar estos cantos especiales en la oscuridad.